Ballet Folklórico fomenta la resiliencia, la representación y la comunidad
Surgido del Movimiento Chicano de la década de 1960, el Club Ballet Folklórico Aztlán (BFA, por sus siglas en inglés) de CSUN floreció para celebrar la comunidad y la cultura a través de la danza folclórica mexicana.
Como el segundo club folclórico universitario reconocido en California y originado en CSUN a finales de los años 60, la presidenta del BFA de CSUN, Jazmín García, y la vicepresidenta, Katelyn Casas, buscan continuar con el legado del club mientras superan los obstáculos.
“Como uno de los primeros grupos folclóricos universitarios de California, merecemos espacios seguros para que todos nuestros miembros bailen y crezcan juntos”, afirma García. “Nuestra prioridad es proteger el bienestar de nuestros bailarines y mantener unida a nuestra comunidad, porque BFA siempre ha sido más que un simple club; es una familia”.
El club BFA de CSUN expresó dificultades para encontrar un espacio adecuado en el campus para que los estudiantes y los miembros de la comunidad pudieran practicar.
Las zapatillas de los bailarines tienen clavos en la puntera y el talón que producen un sonido resonante que añade otra dimensión a la música.
Según los miembros del club, los estudios del campus y sus alrededores están preocupados por los posibles daños que podrían sufrir los suelos.
Como resultado, los bailarines folclóricos practican bajo la Torre Sierra, sobre el cemento. Según Casas, antiguos miembros del BFA han informado de efectos negativos en su cuerpo por actuar sobre el cemento durante mucho tiempo, problemas que ella también ve surgir en los actuales miembros del club.
“Es decepcionante, por decir lo menos, ver que CSUN está dispuesta a anunciar su inclusividad mostrándonos en carteles en el USU o en vídeos promocionales, pero no nos da los recursos adecuados para seguir haciendo lo que hacemos sin poner en riesgo nuestra salud”, dijo Casas.
En medio de la adversidad, García busca preservar y celebrar la cultura mexicana en la educación superior, haciendo hincapié en que muchos de los suyos no tienen la oportunidad de estar representados.
“Como estudiante de primera generación, es importante ocupar un espacio en nuestra universidad y demostrar que seguimos aquí”, afirma García. “El baile folclórico es una forma poderosa de resiliencia, especialmente en momentos como estos”.
** Nota Editorial: Jazmin García es actualmente la coordinadora de marketing interno del Daily Sundial.
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